20140117

la realidad siempre me deja atónita, pasmada, en blanco.
con la mente se pueden habitar muchos mundos, a veces son reales, otras no y otras están más o menos anclados en la realidad. la barrera entre lo real y lo irreal no siempre es tan clara.
están los sueños, por ejemplo. los contruimos con pedazos de la realidad pero hay cosas que no sabemos de donde salen. algunas personas experimentan fenómenos como sueños lúcidos, sueños en simultáneo con otra persona o incluso llegan a asegurar haber tenido sueños premonitorios.

línea gris, amigos.
esa franja de existencia donde no se está parada ni en la realidad ni en la fantasía. toda la ciencia que aprendí me dice que no hay una sola realidad. todo es objetivo, todo depende del punto de vista del observador.

quiero contar algo personal.
desde chica siento que, cada tanto y porque sí, la realidad se desvanece frente a mis ojos. quiero hacer un breve relato del primer recuerdo que tengo de esta, voy a llamarla, sensación.
tendría menos de 10 años seguro, estaba en mi casa natal de don bosco. mi mamá me dijo algo y yo crucé la cocina hasta el picaporte de la puerta de chapa que daba hacia afuera. fijé la vista en el picaporte y comencé a sentir que estaba más lejos, como en otro plano. inalcanzable. podía tocarlo pero se sentía lejano, como si no tuviera sentido lo que estaba viendo. un abismo se había abierto entre mi cerebro y mis ojos. todo lo que estaba afuera de mi cabeza parecía una invención absurda.
la película ¿quiéres ser john malkovich? se aproxima bastante.
episodios de este tiempo se repitieron varias veces, casi hasta mis entrados 20. por lo general se me presentaba mientras miraba baldosas o cualquier tipo de suelo.

no hay una sola realidad.
con mis hermanos hablábamos mucho de la conciencia. como ateos aprendimos que no tenemos alma, así que lo único a lo que nos podíamos aferrar era a nuestros yo pensantes. nadie sabía exactamente qué es lo que nos hace ser nosotros y no otro. a mí particularmente, llegó a fascinarme la idea de poder despertar en la conciencia de otro, parpadear y ser santiago el cantinero o cristina en el despacho, por ejemplo. y una pregunta me sigue carcomiendo la cabeza: ¿por qué no? 

me pasaría la vida contestando esa pregunta.
pero la realidad viene y te extrae del filosofar.
hay que ir a trabajar, atender a los chicos, pagar el teléfono, cargar la sube, hacer la comida, sacar la basura, colgar las llaves, regar las plantas, cambiar las sábanas.

cuando tiendo la ropa soy la persona más infeliz del universo.
sin embargo, el mundo mundo termina fusionándose con el ejercicio del pensar. finalmente todo lo existe porque estoy yo ahí para verlo y así con cada una de las 7mil millones de personas que habitamos el planeta.
y se muere uno y se muere un mundo, una realidad. y nace uno y ya se van imaginando como funciona la rueda.
marx no puede explicar el fenómeno de tender la ropa. habría que preguntarle a una lavandera de hace 300 años, arrodillada junto al río preguntándose ya más nada, sino escuchand
la fantasía puede colarse en la realidad, las invenciones descabelladas pueden volverse reales. no estoy diciendo nada raro, tengo pruebas!!!



yo no sé cómo hace la gente para pensar que puede hablar con dios, o comunicarse telepáticamente o abrir las puertas de la percepción si allá afuera es todo interferencia, millones de voces hablando todas al mismo tiempo.

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