sé de una noche porteña en la que sucedieron adoquines, usted después de muchos años buscaba besarme (una vez más) y yo para no reincidir en aquello puse entre nos el cuerpo de mi mejor amiga.
me río libre.
sé que esta noche caminaré los mismos adoquines, que vienen de tandil, que los picaron los presos, que hay un cuadro, la concha q me parió, que se llama los picapedreros y que fue incinerado en la ciudad de dresde el 13 de febrero de 1945
pero voy a caminar esos adoquines, tropezaré con ellos como antes los he vomitado. tanto pensar en el tiempo lo ha disuelto. adoquines para mi paso alocado esperando q salga el sol o que pase el 98 o que llame tu novia
adelante el envase ícono poderoso, abriendo el mar rojo.
totem de mi vida, en esta manzana de las luces q es mi aldea en estos minutos protegeme las tripas valkiria.
las ganas ebrias de abrazar un cuerpo redondo siguen apareciendo en una ciudad de la que me separa un río espeso. todas las noches, fotos con el celular. la cara fuera de foco porque el taxi volaba y amigo se derretía bajo sus manos. la felicidad se nos hará insoportable, nos hará insoportables-ahora y por pensar eso:
una mirada de terror, un cruce fugaz hacia el no tiempo.
ahora, qué palabra, qué estúpida mentira. el día después de mañana antes que ayer
presente
pasado f
uturo.
levantaré los brazos para que el momento tenga dimensión suficiente y exista para siempre en la trama universal. una mancha de luz en la memoria de otro plano existencial. resuena en la caja torásica del cemento el colectivo que pasa.
y la botella se alza
y todo estalla
y acá con ustedes unos mutantes, si alguien sabe de q año es esta foto xfa que me avise
1 comentario:
A juzgar por la remera Adidas, el uso injustificable de tintura y las zapatillas de colores apostaría por segunda mitad de los noventa, más precisamente 1997.
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